...elige uno...

Es innegable que todos nos hacemos a lo que realmente nos gusta. Nos negamos a salir de nuestras cuevas y nos encerramos entre lo "típico" y lo "clásico", todo por miedo a... ¿A qué tienes miedo?

Pasamos los días uno tras uno como pesadas losas, reímos y sonreímos, lloramos, nos enfadamos, saltamos de alegría... hacemos los días nuestros y plenos, pero todo el mundo alguna vez... alguna vez... nos hemos tirado en la cama y justo antes de dormir nos hemos sentido... ¿fuera de nosotros? ¿como un tercero a un metro de distancia? Entonces realmente vemos cómo es nuestra real vida, y entonces llega la aspiración del hombre, el necesito un poco más, el inconformismo que se nos niega con la sola presencia de lo típico y lo clásico. Sus sombras son gigantescas, pues son muchas más que las de aquellos que se desenmascaran y prefieren ser libres sin encontrarse siempre entre el hierro de un candado y el de una reja. Otros, como mi ya viejo y querido amigo, el CTF, entre un muro y la espada, la suya más concretamente.

¡Tierra trágame!
¡Quiero salir!

Gritan muchos,

otros nos rearmamos de las herramientas para el combate
y salimos en busca de cabezas que cortar, antes de perder la nuestra.

Y es que sólo hay dos bandos, y aunque a veces sean invisibles, se perciben flotando entre las conversaciones de la gente. Sin quererlo defienden un modo de vida distinto. Se intercambian las bondades y flaquezas de una vida aventurera y peligrosa surcando los mares y... de otra tranquila, segura y apacible, esperando en el puerto a los que un día se fueron, buscando en ellos las respuestas que no supieron o no quisieron encontrar en su propia existencia. En su propia línea de vida.

Línea de vida. Escritura de un pasaje.

REFLEXIONES EN LA MISMA ORILLA 041009

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