paranoias varias e intentos de una nada

Sin perder el ritmo
mis pupilas se abrieron... (después)
y al verte en mi cama
respiré.

No puedo volver al drama
que ayer viví junto a ti
en una carcel de almas.
Quiero ver que...

Siembra una canción
que nos haga a los dos.
Hazme Sol 
en el Do de tu razón
pasos desencaminados,
mal acompasados, 
perdidos...
vienen huyéndote.

Gira con la vuelta de tuerca
y haz que me exprima 
entre las sábanas.
Reprime tus miedos 
que ésta noche
es la noche del cometa y...
voy a explotar...
y lo haré en una canción

Casi llego a la cita
casi muero en el camino.
Se hielan las aceras,
la lluvia hará barro,
las hojas se pegarán al asfalto.
El gris ganará al tecnicolor
en que gira tu vida,
en que añoras tus sueños.
Paleta rota de versos
y besos muertos
de frías manos
y dulce ombligo.

Caricia dulce descuidada
en la noche que pasamos
con un quita y dame 
entre abrazos y arrumacos.
Piel encerada.
Vástago de jazmines.
Olor a hierba pisada 
en la mañana de a recogida.
Luz entre los cristales,
de los cristales a tu almohada
de tu almohada a los pies,
de los pies al sueño.
El sueño
El ser 
El perder
El no estar lléndome cuando amanezca.

Gírame otra vuelta
y aprieta aún más la tuerca,
que no sea capaz de volverme
a desenroscar,
arte extraña la del escapismo
investigo el mismo sentido
que alcanza la flora intensa.

Paranoias diversas
entre abrazos y arrumacos.

Brazos sueltos, 
ombligos rotos,
alma desconsolada
llorando entre las sábanas.

[presa]

Canciones prohibidas,
cuando suenan...
yo silencio la radio.
Recuerdos que no quiero
que no quiero 
que no quiero...
...pero que no olvido.

Aún recuerdo la noche del cometa
todo estalló,
aún lo recuerdo.
Sudor.
Lágrimas.
Noche líquida.
Liquidamos la noche.
Y liquamos las sobras
ardientes del rojo de tus labios
del roto corazón que tanto hemos partido
el uno al otro
el otro al uno
y vuelta a empezar. 
Vida. Stop & Go.
Jerogríficos extraños
perdidos en cuevas remotas
Paranoias varias
Diversas
Escondidas
sin sentido ni calma
ni verdad
ni medias mentiras,
más bien enteras,
completas y rebosantes
in-certezas de pesares mal curados
que iluminan ésta noche
en la que no tengo ya tus brazos.
Con las manos aprentando
el sentir de mi regazo
y el doler de tu presagio 
de alza mora encuadernada
en la locura de la nota
que en su noche nunca encuadra,
más bien por ser bastarda,
en la fría mañana
y en la dulce temprana.
El abrir de tu mirada
a un mundo inusitado,
en el que no comparto
ni tus canciones...
ni tus fados.

...

Esconderme en los charcos que hay de camino a tu casa, saltarlos como un niño, beberlos como un borracho; revisar las farolas viendo que no quede ninguna encendida a mi paso, pues hago la oscuridad para que así... resalte más tu tan ansiada luz (luz compartida), hago la oscuridad... para ti, mi luz. Me sorprendo de cuanto puedo llegar a caer, una y otra vez, no en la misma piedra, sí en el mismo ser. [Éste saxo a ritmo de tango... me mata]



"...no sabía que la primavera durara un segundo, yo quería escribir la canción más hermosa del mundo..." J. Sabina


...impulso...


La noche no era menos oscura que la anterior, su soledad no lo era menos que los días pasados. Subió, como cada noche, a preguntar a la brisa fresca que corría por aquella envejecida azotea, por qué se sentía tan vacío. Flotando en el aire la misma pregunta cada veinticuatro horas, flotando en el aire, como a veces se veía. Apoyado con el pecho sobre el murete de aquella terraza, observaba la larga e iluminada avenida que cruzaba a sus pies, treinta y tres metros más abajo, era conducto de cientos de anónimos que por ella circulaban, absorvidos por si mismos y en sí mismo. Hormiguero de arrebatadas conductas, hormiguero de múltiples hilos. Hilera de luces rojas, hilera de luces blancas. Claxon! Los escaparates brillaban más en ésta época, igual que ese día más brillaba el firmamento en esa rutinaria oscuridad. Rutinario lo era todo, tanto como la espera y continuación ante el rojo de los semáforos. "¿Qué sentido tiene? Da igual seguir o no."  Vacilante se planteó el impulso. Flexionaba, sobre el murete, sus brazos cansados, soportando contrá él... el peso de su cuerpo, soportando en su mente.. el peso de su pensamiento, con la esperanza de que el impulso llegara... y proviniese de un tercero que le ayudara a acabar con aquello que su cobardía le impedía. Pero no tenía a nadie. Sólo se tenía a sí mismo. Amago. Vacilación. No sería esa noche. Tal vez no. Algunos corrían, apuraban sus compras. Algunos se sonreían. Otros se criticaban. Unos se besaban. Dos discutían. Y no le llegaban las palabras a la azotea que había hecho como suy, sólo ruido, pero las sentía, las imaginaba y las palpaba. Se empapaba de ellas como una esponja, intentando que llenasen su vacío, aunque el insulto, la caricia o la prisa no fuesen de él, intentaba atraparlos para sí, lo que le hundía más, al no poder hacerlas plenamente suyas, ya que bajaría de nuevo a su apartamento y la soledad sería su única vida. Quería vida, simplemente, pero tonteaba con su muerte, aunque para si mismo estuviera muerto en vida, que más daría acabar con su no-vida, si le daba igual hacerlo o no... pero algo se lo impedía, él mismo. Y cuando calló en la cuenta, sin venir a cuento... saltó.

...desde mi azotea...

Locuras sin desmesuras que me alejan de la tortura que no alcanzo a ver por encima del muro que yo mismo construí, que duro sobrepasar, cuando... al hacerlo... traspasas a otro en lo más hondo de su todo.  Reniego de lo habido y lo por haber, ya que en su morder no tiene más que veneno de piel en hiel de escarcha convertida, en el vacío de la vida que no encuentra placer... al no poder querer como siempre quise yo hacer. No se verá mi calma alerta más que cuando nada me advierta que nada esté aquí. Suena Ray Charles. Todo se inunda de nostalgia, inundación provocada por el más sentido consciente del pesar abatido de la floja paja de la tremenda agudeza del soñar no despertado. No será ésta la noche en que haya de morder la piel para incrustar en su ser el veneno de mi perder. Veré crecer, como ayer vi morir, las hojas del jardín en que nunca yo podé... ni los setos, ni el ayer. "Volverán las oscuras golondrinas en mi balcón" las putas a cagar, como desgracian la suerte del que las ve pasar... rodeadas de libertad en un soñar sin mar, sólo viajar por incrustar en su mente un lugar que las vea pasar en su vuelo de liberación permanente, con la redención ausente del que se sabe consciente de su sencillo y humilde flotar en aras de la sobrepasada lealtad que ha de concurrir en el ancho hangar de tu triste quedar. No será ésta la noche que yo las vea pasar, y desde mi balcón, al soportal, me habré de nuevo tirar en el soñar de la ansiada levedad que sólo el volar me dará.

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Hoy se desplomó el cielo, nos apretó con tanta crudeza... que aún no consigo respirar. Cuando algo desaparece, algo realmente importante, desaparece una parte de nosotros mismos. Somos seres egoístas, por eso nos duele lo ajeno. Nunca conseguiremos acostumbrarnos a los finales. Son traumáticos, descolocan, aletargan, enfurecen. Traúmáticosporque nos causan efecto en el ser. Nos descolocan porque al llegar... el final... nos saca de lo presente... y nos marca una nueva senda que hemos de cursar... a veces sin mucho sentido ni rumbo, por eso perdidos... nos descolocamos. Nos aletargan, nos sumen en una espera o ralentización de toda la acción habitual en la esperanza de... no un nuevo comienzo... sino una nueva reanudación, que si es final... no llegará nunca. Nos enfurecen, porque cortan un cachito nuestro y se lo llevan a las profundidades, perder algo nos duele, y nos enfurece su pérdida, nos enfurece y nos duele, somos bestias malheridas cuando la guadaña sesga el ser, supervivencia, sentimiento contrapuesto y superior para vencer al débil. Nos enfurecemos... y a la vez... crecemos, nos crecemos. Nunca conseguiremos acostumbrarnos a los finales. De ahí... que aún exista Dios. 

...stand by me...


[Gracias] a todas las personas que ponen música a nuestras vidas... en la calle.
La vida no les dió una oportunidad de triunfar en grandes escenarios...
dátela tú de escucharles. 

...trilero...



Hoy soy trilero, gran embustero, embaucador de pueblos enteros. Fría serpiente, suave mordiente, y dulce veneno. Capa oscura, cubriendo artes malditas nunca conocidas. Así me dirijo, sin rumbo fijo hacia el final de todo cuanto creo. Precipicios sin suelo, cielos sin techo... ¡qué más dará! si hasta la mañana abandona a la escarcha. Yo muevo mi barca, y remo sin remos, remo... sin remos y no quiero apegos. Apalabro verdades desmintiendo locuras. A mi no me manchan las tintas de tu alma impura. Como toro en la plaza, sobre el cobrizo albero, hincho yo el pecho... antes de hincar rodilla; y es que de algo siempre peco, de querer morir con agonía. Rugosa mazorca maiceña, dorada sobre el propio oro, áspera como la piel de un lobo y dura como el cemento, en ti yo me convierto, hoy que soy trilero, en embustero acicaTando la piel de tu esturreo. Revuelvo del más adentro y saco la nada absoluta, pues todo queda dicho, sin haber explicado nada y es que sólo yo entiendo... mis arrebatos... y mis palabras.

Cartas desde el Mediterráneo I

Al hablar de lo inesperado me encuentro con que... no hay nada de lo que pensé. Probablemente el tiempo no me de la razón, ni lo espero, ni lo quiero. Ideas pasajeras. Como siempre.  Todo sucede en el aire y luego... como aire... se esfuma, y todo queda en mi, permanente, inquietante, absorvente. No sé cuantas cargas más he de aguantar para pagar mi pena. Si tan mal hice... fue por desconsiderado, "mea culpa". Induzco a la confusión hasta de mi mismo, por eso siempre ando perdido, y cuando creo ver luz, yo mismo la ciego, yo mismo la tapo, o ella sóla me huye. Nos rehuímos. Aún así, sigo pensando que tal vez, he dicho tal vez, pueda algún día alcanzarla. O pararme y esperar. Pero seguro que, llegado el momento, todo vuelve a ser humo en el aire, humo que se esfuma en la nada, para de nuevo... sólo dejar vacío. El temor me hace presa fácil a sus afilados colmillos, y es que, sólo soy un vendedor de humo, porque de humo vivo, y por humo muero. Ser material, quizás algún día, lo dudo sinceramente. Ser absoluto, sí, sobre mi mismo. Ser inconsciente, adrede, dolor. Cabezazos contra el teclado. A veces quiero gritar, rompería de un solo golpe la pantalla de acero que encuentro cada día y que no me permite ver más allá, y sí me pesa. Y es que tú... me pesas, y me dueles, y me arrancas y me llevas y me partes y me confundes y me ilusionas y me aturdes a la vez. No quiero que seas una nueva carga en mi vida, y tampoco quiero serlo de la tuya, quizás todo sea un error y sólo precisemos de... distancia, no de la que vivimos, sino de la otra que no conocemos. Pero me es imposible, y únicamente serías capaz de frenarme, en el mismo momento en que notases de tu corazón la primera gota de sangre... sería entonces cuando definitivamente, rompiera yo el mío y nunca más lo uniese. Sabes? Una vez se ama... las siguientes sólo se quiere. Quiero amarte de por vida, pero por no infligirte dolor... querré a otras el resto de mis días, pero nunca olvidaré tu amor.
Debí haber muerto aquel día, así todo sería más fácil... simplemente... no sería. Por alguna extraña razón, mi destino, se empeña en no aparecer a mi vista. El muy jodido me llevó al límite, me preguntó que qué diablos quería. "Soñar" dije yo. Y él... me durmió. Aún recuerdo el polvo, la tierra en mi boca, la sangre en el lateral. Aún recuerdo los cristales, las vueltas, los tumbos, mi suerte... mi maldita     y eterna      suerte. Todo reventaba y yo sólo quería que todo parase, congelar y bajar. "Párate! párate!" No consigo recordar la de veces que lo pensé... pero fueron muchas, seguro. Apreté los dientes y me protegí. Me hice roca. De repente... silencio, sangre en el lateral, mente aturdida, inconsciencia de la realidad y pies sobre el suelo. El milagro había sucedido. Ese día brindé con "lambrusco", 3 de Septiembre de 2007. Conocido un extremo, sólo quiero conocer el otro. Aún no sé cual es peor, aunque algo voy descubriendo.

Salvador Dalí

"Picasso es pintor, yo también"

Pablo Picasso

"Un pintor es un hombre que pinta lo que vende. Un artista, en cambio, es un hombre que vende lo que pinta."

donde al principio

y del corazóN salió de un sólo trazo, 
donde al principio, 
siendo "la persona más sola del mundo"... sin ti

El Caballero de la Triste Figura y la Coraza de Hielo.

No se dio cuenta, pero cada vez se acercaba más a aquella luz, brillante luminosa, cálida como refugio. El caballero de la triste figura, hipnotizado por el hecho cierto, disminuía la distancia que había entre los dos hechos, el hecho de la luz, y el hecho de su ceguera.. y se acercaba cada vez más, cada vez más. Sin darse cuenta, a unos pocos pasos de distancia, notó que algo le quemaba como sólo quema el hierro candente sobre la piel desnuda. "¡Mi coraza!" Exclamó dirigiendo sus pupilas a su propio pecho. Su coraza... la última que aún era suya, y de la que no se podía desprender. Coraza de hielo cristalino, limpio, que protegía su siempre maltrecho corazón resquebrajado. Coraza de hielo... para su corazón maltrecho. Quemaba la luz y el hielo derretía. Sus tejidos notaban la temperatura y bloqueaban su cuerpo haciéndole imposible el avanzar. "¡Mi corazón!" Se dijo sin palabras. Y apesadumbrado ante la situación, clavado ante sí mismo, se dijo que dar la vuelta, no sería una mala opción. Lástima que no siempre hace lo que se dice, y ahí quedo, de rodillas, de nuevo derrumbado, y con el corazón pidiéndole a gritos... que lo rescatase de ese charco en que había convertido su querer.

Pongamos que hablo de... (Parte I)

Cinco horas a tu encuentro,
para recordar lo nuestro,
nuestro afer desenfrenado,
en el año dos mil cuatro.

Casi un año en tus brazos,
meciéndome borracho,
perdido en el metro,
ahogado en mi batiscafo.

Me recibes llorando,
supongo que es normal,
en tus calles me ciegan
las luces de tu amar.

Recordamos viejos tiempos
de huidas tan intensas...
de momentos tan crueles...
y que vivimos tan de cerca...

Hoy también lloras por ellos,
almas inocentes.
Mi recuerdo a los valientes
por la pesadilla permanente,
de la barbarie vivida.

La imagen siempre eterna,
y es que nos tocó de cerca
el momento,
y la Avenida.
Los llantos
y las prisas.


Ay amor!
en ti descubrí a Italia, a México, a Marruecos
y a tantos otros...!

Hoy hablaré de Italia.
Italia se llama Cristina.
Cristina se llama espíritu,
se llama CONFIDENTE,
se llama AMIGA, (y con mayúsculas me quedo corto)
se llama puerta a otros mundos.
Cristina tiene mil nombres
todos ellos buenos,
todos ellos sabios.
Hoy lloras también por ella,
es normal...
tu noche la hecha de menos,
tus parques por supuesto,
en los domingos de "poco viento",
Valderribas 7 también,
yo la hecho de menos,
"OooOhhh Ciao bella ciao..."



Y es que mi amada...
Nuestro amor DURÓ,
lo que DURE MI vida
nuestro amor se selló...
el día de mi huida.
Madrid, descansa...
y...
como dices cuando te abandono,
"Hasta pronto"

ELLA

Ella aún no lo sabe, pero está destinada a partirme el corazón. Sobre todo porque ya me partió el alma cuando la conocí. Y yo que pensé que ciertas palabras (alma, corazón...) sólo pertenecían a vendedores de humo... luego me encuentro con ellas en mi boca... mientras paseo por el borde existencial del deseo de ocultarme a sus ojos. La engaño, me engaño y engaño al resto, o mejor dicho,  esquivo y me escondo. Y es que sería todo tan difícil... que merece la pena intentarlo, aunque no lo desee, aunque no sea ahora, da igual, no importa, conozco la espera y, a veces...             soy roca,             y aguanto los vientos, y al tiempo también. Permanezco inmóvil, viendo caer de la cima guijarros erosionados. Soy roca, sin ágata escondida. Ella es ágata, la roca es sólo mia. Y sin embargo, con el mundo a sus pies, se siente pequeña y desdichada, en ocasiones, furiosa y gigante. Y sin embargo... el mundo a sus pies.

...como alcohol de quemar suertes...

Bebo del whisky, de mi vaso, de fracasos, de ilusiones compartidas. A raudales, soportales que nos vieron a escondidas, mientras nadie nos veía... corrompeeErloOos. Y es que no me basto, si me sobro con tu alma. Yo te pido que no implores, y me dejes que te llore, en vez de ser tú suelo, déjame que sea consuelo en la ropa de tu pecho. Hazme caso, que si de algo yo sé es de... Tormentas. Alimentas mis sentidos agudizando mi oído, haciéndome sentir lo que nunca he vivido, resoplando en mis heridas con alcohol de quemar sueEEeertes. Reconozco, soy altivo y un furtivo de tu huerto de naranjos, un helado de colores sobre el manto de tu espanto, un truán sin caballero, un Don Juan buen embustero. Amanezco, siempre en otras, intentado, buscar tu boca, entre ropas, ya tiradas, en el suelo con almohadas, destrozadas de querete sin quererlo! Podrido yo en mi tedio, de temores, de rubores, de rumores nada atentos. Ya te sueño. Ya te sueño. Ya te veo. Sólo así te tengo.