Enganchado

Y no me pueden las prisas, placebo de calma para mis nervios, soplidos portentosos entre mis porosos brazos prestos para un abrazo ligero, siquiera uno sólo.
Enganchado
Horas tirado sobre la paja mirando alrededor, y la respuesta estaba frente a mis ojos reflejada en otros. Horas tirado sobre la paja dibujando a base de nubes un conejo perfecto, un oso de peluche o quizás un deseo de antaño... compartir las nubes.
Enganchado
Nunca comí creps. Ahora los hago. Y... mucha, mucha, mucha cantidad de condimentos innecesarios en la cocina de cualquiera y, sin embargo, tan habituales en la mía... mucho... mucho dulce sobre el sabor de un labio inferior que pide a gritos ser arrancado del tirón sin siquiera plantearse el volver a su primitiva boca.
Enganchado
Un mundo, hecho añicos, un mundo rompiéndose, un coche... una habitación... un café... una cena imposible... una visita guiada a la nada, tan innecesaria... un arrebato... una calma... un desliz... una incomprensión... la distancia... un odio.
Enganchado
Enganchado
Aquí no pinta Picasso, aquí no pinta nada, me crié en las tierras de Rabal, entre vinos, chatas, esparto y vida, rodeado de mar, lejos de otras incomprensiones.
Enganchado
Enganchado
TE ODIO.

PRIMERA PREMISA

Odio ser tan sumamente realista, tan sumamente cuadrado cuando se trata de valorar las cosas. La verdad es que nunca se me dio bien el compaginar sentimientos y saber hacer. Al final todo es un = en una ecuación. Da igual el camino. Todos llevan al mismo. No, a Roma no. Al abismo.

Caer

Caer

Caer

Caer

Caer

CALMARÍA LA SED DE MI VIDA, PERO EL AGUA... EL AGUA... EL AGUA.... EL AGUA... EL AGUA... EL AGUA...

EL AGUA FLUYE LEJOS.
PRIMERA PREMISA

El vuelo del cóndor.

Y se ilustraban el uno al otro, no había cuerpo, todo era aire. Palpable, permeable a la piel, intenso hasta en los huesos, cálido como una sonrisa cercana...

Tal vez era sólo el tiempo, tal vez el aire entremedio y... casi todo era etéreo, también las palabras. Se convencían de que todo el misticismo que les rodeaba era magia sin serlo, cuando en realidad el misticismo que les rodeaba era exhalado por los poros de su piel. Y así inundaban sus vidas y su entorno, haciendo de la vida un camino por recorrer, una aventura por descubrir, un sin fin de eternos misterios que... no no. Todo se simplificaba a... a aire.

Aire.

El KARMA, los colores, los días.

lo que podríamos llamar Karma, y no lo es... pero es mi Karma, o al menos, habita en mi...

gris negro negro negro gris azul azul


Está ahí... no se ve... pero existe.
A ver, si hay dos días de color gris, es porque están compensados, por lo que el Karma ya actúa inherente a ellos haciéndolos en sí mismos compensables entre ambos.
Si existen tres colores negros...
debería haber tres colores... azules. Sí sí, opuesto al negro, aquí y ahora, el blanco. Por lo que 1/negro = azul o blanco = azul
Pero no es así. No hay tres azules, hay sólo dos colores azules.

Algo falla, la solución a la ecuación ilógica de la métrica perdida en bobinas entre los cajones escondidos y perdidos... todo eso... ¿dónde está? Veamos...: tres negros, dos azules, me llevo una que le resto y me la como, la mastico la echo y... NOOO no cuadra... espera... hablamos de cálculo simple. Hablamos de hacer las cosas simples.

Simplicidad + Karma

Si debiera haber un color azul por cada negro... qué hacemos si realmente los colores negros son inamovibles? si no se pueden eliminar..
. hay que quitar azules! pero... si quitamos azules... el Karma me dirá que no está agusto, que está de mal rollo, que no le van esas movidas, que siempre liando, que pierde equilibrio, que se marea, que si otro vino, que si patatín, que si patatán, que si pa cá, que si pa llá, que pim que pam, total... que eso no le vale y a joderse, a inventarse algo pa cuadrar la odiada ecuación. Manos a la obra.

Me guardo un día azul por cada semana que pase, derecho futuro de exigencia como resarcimiento del daño producido en mi persona durante los días negros. Es decir, el Karma me debe un día azul cada semana... a retirar entre huecos. Más... los dos azules que tienen que ser. Esto...
ooo...
ooo...


ME VA A DEBER UN HUEVO EL PUTO KARMA!

LO ODIO!...

Me apresuro
barriendo la arena
de un soplido
del que nace un huracán
en la Cala de Todosol,
entre espigas de ron y
nubes bajas
convertidas en sepias voladoras.

Difumino el horizonte con los dedos
lo entremezclo en la paleta del cielo
juego a dibujar trazos inconexos
y cuando se acerca la noche...
juego a unir los puntitos de ese techo
claro y transparente, sideral,
espacialmente roto por mi mente
y delineo así un sueño lejano,
trazando un camino esperado y conocido
que cruze el laberinto del minotauro
haciendo posada en la casa natal
del viejo bebedor de vino
amante del desnudo fácil.

Armé entorno a mi un halo de dualidad en la idea,
siempre cabalgando entre la divisoria de ambas,
defendí la tesis con la palma de mi mano,
con la saliva de mi lengua,
con la conexión cerebral que conseguí...
siempre fue así... siempre es así.
Armé un halo... que pierde su dualidad ante ti.

















Y me siento pequeño, muy pequeño.
Pero grande.

...vomitar sin luz...

Cae el negro sobre una bahía desconocida,
a ratos bañada de luz,
a ratos oculta entre niebla,
a ratos presa nuestra.

Creo que duermes,
sé que no es así.
No quiero saberlo tras tu espalda,
no quiero voltearme hacia ti,
no quiero verte ahora,
y no puedo evitarlo,
tampoco quiero,
solo vencer
a éste puto insomnio,
regalando nada,
palabras estúpidas de cuentos lejanos.

Mi vida sin ti,
mi vida de nuevo...
aunque no la quiero de éste modo...
no me queda otra que marchar,
para volver, lo sé, deseo lo llaman.

La ciudad nos para en cada semáforo,
nos da una tregua para reventarnos los labios
mientras todo el mundo mira,
envidiosos de lo nuestro
imaginándose en ésto
que algunos llaman pecar.

Todo se llena de rincones,
los sueños se amontonan
uno tras otro
sobre las esquinas de la bahía,
arrastrados por la marea,
desde el adentro hasta tu orilla.
Así llegué, desde mi adentro...
hasta tu orilla.

Así me voy, con nuestros adentros
hasta mi orilla,
ven por ellos.
Te los guardo todos,
te regalo un cuento,
un cuento de pollitos,
te venero sobre un escenario,
rincón primero derecha de la función,
primer plano para ti.
Visitas guiadas por un mundo
subrealista,
imaginado por otros,
contemplado por nosotros,
imaginando cuántos vinos tomó
para poder pintar así el loco.
Mi magia es más bien sencilla,
la de la palabra de un corazón
que se automutila seguro esta noche
cuando me pierda entre sábanas extrañas
buscando el calor de una piel ya conocida
y tan conocida como ya extrañada.