Se siente sola, maniatada a su propio entorno, perdida entre basura de otros.

Se me aparece en sueños, eso dicen, y también que me aparezco. Pero sigue siendo un intangible para mis dedos, un imposible para mis labios.

Se aleja de nuevo, se acerca... ¿dónde estás? ¿Dónde estoy? ¿Dónde estamos? Acaso importa el ahora??? Lo cierto es que no. Y el donde??? menos aún, o eso debería ser.

Café con arena, tumbarse frente al mar pero... no con el sol, más bien con el fresco de la tarde otoñal. Así sienta mejor cerrar los ojos. La tranquilidad es mayor, el ruido de las olas es sonido de fondo. La espuma dibuja ilusiones en la orilla. Imagino mi cabeza, apoyada en ese instante sobre tu tripa. Mis ojos cerrados, la brisa por un costado, recorriendo desde mis rodillas a mis mejillas. Un suspiro, cero palabras, no hacen falta, ahora hay paz.
















Y de repente despierto.

Mis sueños... me siguen huyendo.

1 comentario:

MâKtü[b] dijo...

y de repente no puedo dormir, tengo metida en la cabeza esa música...esas olas del mar