El sabor de las torpezas


Sin noticias, me levanto
me descalzo y me lavo
me tropiezo en el espejo...
ese que odio ver siempre de lejos.

He roto el aire
con las cuchillas
hoy descubrí la piel...
sangrando por las costillas,
rodillas, bajando hasta mis pies.
Sin mas que ver que un lecho de prisas
es nido de barrer
desde el alto
a la cornisa,
desde el querer
al poder.


Un paso fuera.
Ya llevo dos.
Rutina diaria
a un puto rincón.
Antes lleno
vacío
lleno
vacío
¿?
Si me descalzo...
si salgo y me desnudo...
si camino sin ropa,
entro a un antro y...
ante una barra podrida
y asqueada de mamelucos.
amoldo los codos
sobre el roble carnicero.
Veré las sonrisas
de una puta barata.
De esas de ir con prisas
a cualquier celda asqueada.

Siempre es el viento,
siempre sin rumbo,
siempre lamento.
(Me empiezan a asquear esas palabras)


Tú te ahogas en las charcas,
se te entumecen los dedos,
se te alerta la sonrisa,
se te encalambran los huesos,
se te niebla la esperanza
y te atacas siempre al cuello,
pasando después por el mío.
Y te hartas de gritarme que todo es culpa mía,
pero no sabes, querida, que al contrario que a vos...
lástima...!
a mi no se me nubló el Juicio.

El sabor de las torpezas
de esta alma siempre rota.
El sinsabor de las flaquezas
de un Caballero destrozado.

El silencio...
Santiago...
...paz...

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