...extracto...

Diminuta en un mundo gigante
calzaba los zapatos de su madre
miraba mientras creía
que crecía frente a la ventana.

"Te diré que hoy no es tu día
espera hasta mañana
que es posible que nos volvamos a ver.
Te diré que antes de eso
me olvides, sin rencores,
que yo siempre te recordaré."

La princesa bailaba por toda la habitación. Cerraba los ojos y sus manos, a la par que dos majestuosas alas, la hacía flotar por toda la estancia. Se sentía libre frente a su espejo y su ventana, siempre limpia a manotazos y mofletados del ansia de salir por ella. Pero ella libre, libre a su manera, libre para la carcelaria soledad que conocía. No había un rostro más bonito en todo Valpo. Sus ardientes labios imaginaban besos que eran soplados hacia dentro de una bahía majestuosa, pintada, dibujada en todos sus extremos. Y es que dicen que esa ciudad... es como un gato gigante. Y casi casi, yo diría que una colmena sin abeja reina, pero con paz y... cómo se dice... inspiración entre sus calles y sus cuestas. Y por allí se imaginaba día tras día. Correteando entre las tripas de ese gato.

Pero en realidad, todo era cada vez más. Y al final, todo sería.



Como siempre, más que nunca, promesas en el aire.


Piensa en mis contrariedades, pude haber dicho la más grande.

1 comentario:

Cristina Polidura Varela dijo...

P____R_____E___C___I___O____S_O

EMOCIonante


=)