Me apresuro
barriendo la arena
de un soplido
del que nace un huracán
en la Cala de Todosol,
entre espigas de ron y
nubes bajas
convertidas en sepias voladoras.

Difumino el horizonte con los dedos
lo entremezclo en la paleta del cielo
juego a dibujar trazos inconexos
y cuando se acerca la noche...
juego a unir los puntitos de ese techo
claro y transparente, sideral,
espacialmente roto por mi mente
y delineo así un sueño lejano,
trazando un camino esperado y conocido
que cruze el laberinto del minotauro
haciendo posada en la casa natal
del viejo bebedor de vino
amante del desnudo fácil.

Armé entorno a mi un halo de dualidad en la idea,
siempre cabalgando entre la divisoria de ambas,
defendí la tesis con la palma de mi mano,
con la saliva de mi lengua,
con la conexión cerebral que conseguí...
siempre fue así... siempre es así.
Armé un halo... que pierde su dualidad ante ti.

















Y me siento pequeño, muy pequeño.
Pero grande.

2 comentarios:

.A dijo...

difumino el horizonte con un dedo.. :)

Cristina Polidura Varela dijo...

Tus NO éxitos y si fragmentos de vida son muy Interesantes.