...algas...

Con los pies ahondando en las algas me pregunto si el crujir de éstas no despertará a la inoperable aberración que supone el subconsciente inmóvil. La calma baña la orilla con el balanceo constante que sólo las olas dan a la playa, renovando cuanto se escribe sobre la arena. Olas que borran los surcos que un día hice con los dedos, que otro amoldé sentado mirando al horizonte y oteando una respuesta en su divisoria. Ahora el crujir de las algas se sobrepone al tic tac del imparable reloj vital. ¡Quiero pararlo! Quiero poder decir que controlo algo más que a mi mismo, que controlo el cielo, la lluvia, el sol y sus eclipses... el tiempo.

1 comentario:

pasaxeira dijo...

quien pudiera!
atrapar un momento para siempre!
y por cierto... cuanto tiempo!