El cielo. El infierno.

Caer sobre mi mundo.

Subir a lo más alto, sobre el acantilado, y caer sobre mi mundo. Ver como caigo junto a él, con él, quizás por él, tal vez sea así. Me descuido... y el asfalto se hace arena entre los dedos de mis pies. Extiendo los brazos. Miro hacia abajo. Cierro los ojos. Y ahora vuelo sobre mi mundo. Me dejo caer, ahora... liviano, como una hoja seca de éste otoño que se cierne sobre mi y me golpea el hígado con sus cortinas de humo. Las luces se apagan. Solo quedan sombras de mi. Me hago etéreo para saborearme desde fuera, me hago viento para huir como hoja que soy, seca pero tierna aún, aunque sólo en el tallo. La clorofila no funciona. La luz no me llena. La tierra no me sacia. No sacia mi hambre. No despegué los pies aún, aunque estuviese flotando... es más... se hunden en el lodo, y ya no hay sol, ya no hay cantos de sirena sobre la divisoria de los dos mundos, sobre la divisoria del cielo y la tierra, del cielo ésta tierra: mi infierno. Ya no hay sol en los campos albahaca y cañizos de las cuencas de mis ríos. Ya no hay dolor. Ya no hay sentido. Mi alma se vierte sobre el fango putrefacto, inundando mis pies. Mi alma, mis pies. Mi alma, a mis pies. Mi alma... bajo ellos. En el infierno. Sólo un rescate, héchame la soga, pero ten cuidado con mi cuello. Destruir te destruye. Consumirme me hace ceniza. Ceniza sobre el lodo. Ceniza del infierno. Sin alterar el párrafo, sin deshacerlo en más de uno. Uno corrido. Un muerto. Cero heridos. Un asalto al tren de los sueños... desde el apeo avernal de la sonrisa triste y parada. Regálame luz. Dame luz, que ya no tengo vela, y parece que nadie me la dio para éste entierro. El mío.

5 comentarios:

MâKtü[b] dijo...

Alza la vista, deja de mirarte los pies como si te avergonzaras de tu propia mirada, el dia que seas capaz de encontrarte y levantes la cabeza, ese día verás que existe mucha gente que intenta lanzarte una cuerda para que salgas de ese pozo, el problema es que no quieres aferrarte a ella. Ese día verás que nadie te prestó la vela porque no quieren asistir a ese entierro, no quieren ver como te entierras.

...apuntó como consejo la inexperta.

MâKtü[b] dijo...

"escrita en una pagina cursiva de una prosa de madera, sin rima, grabado en mi memoria como en piedra. Brillando, llamando, envuelta en una música especial"

A raiz de esta canción me hice un blog...

Anónimo dijo...

eso es lo que quieres? enterraerte? pues ponete vos mismo la soga al cuello, pero antes de ello, piensa muy bien en como se siente un verdugo, estas en infierno; no hay sol; solo destruccion; que estas haciendo para cambiar eso?

MâKtü[b] dijo...

Ella decidió predense fuego y resulto que aquello que creía como gasolina no era más que agua...

Él podría intentar librarse de esa soga que le rodea su cuello, pues si sigue mirándose los pies, aquel que sostiene la cuerda podría tirar en cualquier momento. No es cuestión de escoderse o escribir el momento de su propio entierro, es cuestión de que no sean los demás los que decidan que hacer con tu vida...quizás exista otra manera del salir del pozo que no sea el aferrarse a un millón de manos desconocidas.

Claro, que si no buscamos otra salida, no la encontramos.

Anónimo dijo...

claro que sabe que nadie puede decirle que hacer con su vida, las manos desconocidas aveces cuidan mejor que una conocida ya.